13 de agosto de 2021

Cultura machista no se cambia con legislaciones sino en el día a día: Sara Ladrón de Guevara

***Participó UdeC en reunión nacional que se realiza en la modalidad a distancia desde la Universidad Veracruzana

Para la Dra. Sara Deifilia Ladrón de Guevara González, rectora de la Universidad Veracruzana, el acoso, la violencia y el hostigamiento hacia las mujeres “es simbólico y cultural, y el hecho de que establezcas políticas públicas no lo cambia, ya que lo tienes que cambiar desde la infancia; eso se modifica en el día a día, en la actividad cotidiana, en casa, porque eso es algo que reproducimos, además, las mujeres y los hombres”.

Todos, agregó, hombres y mujeres, “debemos trabajar para lograr la igualdad. Es un trabajo de largo aliento, pero yo soy optimista y sé que estamos en un mundo más igualitario que el de mis abuelas. Entonces, tenemos que construir un mundo mucho más igualitario para nuestras hijas y nuestras nietas”.

Sara Ladrón de Guevara impartió la conferencia inaugural de la onceava reunión nacional de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior (RENIES), Caminos para la igualdad de género, que se realiza este jueves y viernes de manera virtual bajo la coordinación de la Universidad Veracruzana, y en la que participa la Universidad de Colima a través de la Mtra. Ana Azucena Evangelista Salazar, directora del Centro Universitario de Estudios de Género.

La Dra. Sara Ladrón de Guevara dictó la conferencia “Verde, violeta, naranja: mareas vivas en las IES” (Instituciones de Educación Superior), en la que aseguró que “la cultura que construimos entre todas y todos no se va a cambiar sólo con legislaciones o protocolos; es un tema para trabajar en el día a día. Hay que cambiar la cultura que valida expresiones machistas en la interacción cotidiana, en los espacios de convivencia. Allí es donde se dan esas descalificaciones. Esa cultura es la que hay que modificar, y es la que cuesta más trabajo que hacer una nueva ley o un acuerdo rectoral”.

Comentó que en sus dos periodos como rectora pugnó para que el hecho de ser mujer no fuera impedimento para ocupar un cargo de alto nivel; “integré mujeres en mi equipo de trabajo no por ser mujeres, sino por su capacidad. No establecí porcentajes o cuotas, pero no les quité a las mujeres su derecho de llegar a un cargo directivo. Además, creo que no por ser mujeres en un cargo público no deban criticarnos; claro que pueden hacerlo, pero que nos critiquen por nuestro quehacer y desempeño, no por un cromosoma”.

Comentó que las vivencias y aprendizajes que tienen las mujeres, sobre todo las que han ocupado cargos importantes en las instituciones o el gobierno, “no deben ser para que estemos enojadas sino para sumar y apoyar a otras mujeres que están en camino, sobre todo a nuestras estudiantes, porque ellas tienen sueños, ellas tienen ganas y están viviendo el rechazo, que sabemos que es real y que nosotras vivimos en su momento”.

Habló de los movimientos de mujeres en todo el mundo, que cobraron fuerza en el 2019 “y que irrumpieron con fuerza en los espacios simbólicos de poder con el ánimo de hacer notar que las condiciones de las mujeres en estas instituciones no son algo equitativo y que no estaban encontrando en las universidades espacios que les permitieran su desarrollo igualitario. Las jóvenes estaban muy movilizadas y activas buscando una transformación, algo que siguen haciendo, nada más que la pandemia nos ha dado condiciones distintas”.

Dijo que desde la rectoría apoyó esos movimientos porque todas las mujeres, ella incluida, han sufrido violencia, acoso y hostigamiento, “y no fuimos tan valientes en aquel momento como para denunciarlo”.

Por último, dijo que aún falta mucho por construir sobre este tema, “e insisto, no es un tema de las autoridades solamente sino de toda la comunidad; en este sentido, creo que una red como la RENIES tiene mucho por hacer en nuestras instituciones de educación superior, porque las mareas de todos los colores están vivas; son las jóvenes quienes han crecido la marea y a todas y todos nos alcanza. Naveguemos esas aguas, sumemos nuestros colores, porque es toda la gama del arcoíris, a fin de cuentas, la que integra la luz”.