Precisión señora gobernadora Indira Vizcaíno, en el caso del magisterio estatal NO es una quincena adeudada sino 2 quincenas y además del error cometido, esperemos sea a nivel de confusión, no hace ninguna gracia al gremio magisterial el hecho de que para el pago se le relegue hasta la siguiente semana.
Se comprende el hecho de que los burócratas tengan 3 quincenas de atraso y por tanto el daño en sus finanzas familiares sea mayor, no obstante la mejor alternativa parecería haber decidido un pago inicial parejo que aliviara la ya desesperante situación.
Literalmente es como dar los primeros auxilios. Tanto un sector como otro lo requieren en mayor o menor medida. Se trata del sustento desde la compra del alimento diario como de otros gastos que no pueden esperar: medicamentos, créditos hipotecarios, deudas y compromisos impostergables.
La gobernadora pareciera tener la impresión de que con ir pagando se soluciona todo y claro que es muy importante, un acto de justicia pero no debe perder de vista que el daño está hecho y que no sólo se trata de un daño económico sino de un daño moral, un daño a la dignidad a través de lo más preciado que cualquier trabajador tiene que es sentirse recompensado con un salario y en el caso específico de los maestros, una profunda afectación a su derecho a la salud puesto que se carece de prestación médica.
El daño no se resarcirá con cubrir el adeudo y aunque es verdad que Vizcaíno Silva no es la responsable del desastre, como gobernadora le corresponde ser muy cuidadosa no sólo del fondo sino de la forma.