Esta tarde, el Tribunal Electoral del Estado emitió una sentencia que convalida los actos ilegales y todas las irregularidades que se cometieron durante las sesiones mediante las cuales el Congreso del Estado aprobó la deuda inmoral de 740 millones de pesos, solicitada por el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez y que le costará al pueblo de Colima pagarla durante más de 20 años.
Lamentamos que, con esta sentencia, el Tribunal no haya estado a la altura, y haya hecho su trabajo faltando a la objetividad e imparcialidad, pasando incluso por encima de la legalidad en los procesos, que se supone debería defender a toda costa. De esta manera, dicha institución, al llevar a cabo las más bajas acciones, termina siendo cómplice de un gobierno estatal indolente que ha resultado en una de las peores administraciones en la historia del Estado.
Esta decisión vulnera la democracia y atenta contra los intereses de las y los colimenses. Al mismo tiempo, beneficia a una cúpula que se ha dedicado a subsistir mediante la corrupción, la opacidad y la impunidad.
El Tribunal ignoró todas las violaciones que se ejercieron contra los derechos políticos de quienes nos opusimos de manera legítima, en defensa de los intereses de la población, a la aprobación de la deuda ilegal e inmoral del gobernador en aquellas sesiones plagadas de irregularidades.
Por si eso fuera poco, el Tribunal respondió de manera inusual al juicio promovido y revirtió los señalamientos de las y los diputados afectados para volverlos en nuestra contra.
Nos preocupa que esta forma de actuar del Tribunal se haya hecho bajo consigna política, y no desde la independencia, ni en defensa de la legalidad, puesto que pareciera que la sentencia fue escrita por el gobernador del Estado. Eso es vergonzoso para la democracia en Colima.
Con esta decisión, el Tribunal se convierte en otro brazo ejecutor más del gobernador Nacho Peralta y de la mafia que aún gobierna nuestro estado, de esa cúpula de políticos del viejo régimen que viven en los sótanos de la política oscura, la única política que siempre han sabido practicar.
Esta decisión es un severo revés para la democracia y deja un precedente negativo de que cualquier mandatario puede gozar de impunidad al interferir en el Poder Legislativo para que le aprueben cualquier desfalco al pueblo, violentando todo el marco de legalidad que nos ha costado años construir.
Sin embargo, esta forma de operar y tomar decisiones, tanto del Poder Ejecutivo como del Tribunal Electoral, nos señala con claridad quiénes están con el pueblo y quienes están contra él. Se quitan nuevamente la máscara para mostrar sus verdaderas intenciones: ponerse del lado de la corrupción y prestarse a ser parte de la ignominia.
Nuestra lucha no termina aquí, puesto que interpondremos una impugnación y acudiremos al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para hacer valer la voluntad popular y rechazar esa deuda inmoral e ilegal.
Así mismo, seguiremos luchando hasta que se respete el anhelo de la población, que es desterrar del Poder Ejecutivo estatal a esa mafia que desgobierna, y que solo se preocupa por sus intereses individuales y mezquinos.
Estos retrocesos, que la sociedad repudia, serán expulsados de la vida pública en el siguiente proceso electoral, porque la esperanza se impondrá ante la injusticia, con la fuerza, la esperanza y el ánimo de la gente, que busca la transformación para Colima y, ante ello, no habrá viejas mañas, poderes fácticos o tribunales que actúan bajo consigna que nos detenga.
Continuaremos por el camino que nos lleve a profundizar el proceso para democratizar nuestras instituciones, sobre todo aquellas que deben ser independientes y que, al día de hoy, obedecen a esa mafia corrupta, como es el caso del Tribunal Electoral estatal. Más temprano que tarde esa institución tendrá verdadera independencia, y quienes ahora son verdugos del pueblo y de la democracia, ocuparán el lugar que les corresponde en el basurero de la historia.
La lucha continúa y seguiremos dándola en cada trinchera, siempre de la mano de la gente. Ya falta poco para desterrar del poder a quienes se dedican a hacer mal uso de él. Como dice nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador: el poder sólo se convierte en virtud cuando se utiliza al servicio de los demás.
Esa es la meta de la Cuarta Transformación, y la vamos a lograr junto con el pueblo, que ahora es más consciente, organizado, digno y sabio.