Dicha campaña se ha manifestado principalmente a través de reacciones masivas automatizadas en publicaciones del alcalde, en las que perfiles falsos utilizan las expresiones “me enoja” o “me divierte” de manera sistemática, además de generar comentarios ofensivos y negativos, que buscan generar una percepción negativa y artificial del contenido difundido.
Este tipo de acciones forman parte de una estrategia de desinformación y manipulación digital que pretende distorsionar la conversación pública, atacar la imagen del alcalde y frenar los avances y resultados que la administración ha venido construyendo de manera transparente y cercana a la ciudadanía.
La situación plantea interrogantes sobre el uso de herramientas digitales en el ámbito político y sobre los límites de la libertad de expresión en las redes sociales, en un contexto en el que la desinformación adquiere cada vez mayor protagonismo.
Se invita a la ciudadanía a mantenerse informada por canales oficiales y a no dejarse llevar por campañas de desinformación impulsadas desde el anonimato o la simulación.