Dijo que celebraba esta iniciativa, “ya que cada niño y niña es una semilla que va a reproducir los buenos comportamientos y conductas en el cuidado del medio ambiente”.
El tema ambiental, agregó el rector, “no puede esperar; estoy convencido de que, como universidad, tenemos responsabilidades y capacidades para actuar en este sentido, por lo que quiero convocar a nuestra comunidad para que nos ayude en el cuidado del medioambiente y que puedan replicarlo en sus familias y entornos”.
Después del banderazo inicial, el rector, junto con su esposa y funcionarios que lo acompañaron, hicieron un recorrido por las distintas estaciones en las que, de manera creativa y entretenida, enseñan a los niños y niñas cómo cuidar al planeta, la separación de la basura, el reciclaje, el cuidado del agua y la energía limpia.
Durante el evento, también se entregaron nombramientos a las brigadas que se encargarán de vigilar que haya espacios limpios, que se cuiden el agua y la energía eléctrica y también las plantas del huerto escolar.
Por su parte, Blanca Liliana Díaz comentó en entrevista que a través de esta actividad se quiere involucrar a los más pequeños de la Universidad, que son los niños y niñas de la estancia infantil, en el programa de UdeC sustentable para el cuidado del medio ambiente.
“Queremos inculcarles esa conciencia y esa sensibilización a nuestros niños y niñas de la estancia a través de juegos y mucha creatividad; de esa manera, los iremos llevando de la mano para que aprendan cosas sencillas como el cuidado del agua y la energía, para que pueden empezar a practicar desde las salas en que se encuentran y que al momento del egreso ya vayan preparados en el tema y se conviertan en agentes de cambio desde sus familias”, comentó.
Informó por último que este programa se llevará a cabo de forma permanente e irá avanzando conforme a las edades de los pequeños, hasta su egreso de la Estancia Infantil, y que es posible gracias a la participación de diferentes dependencias universitarias, como el Museo de Artes Populares, rancho El Peregrino, la Facultad de Lenguas Extranjeras, así como de estudiantes voluntarios, “quienes nos ayudan para que este programa sea divertido, pero también de mucho aprendizaje”.